Escrutado el 77% de los votos escrutados, la compañera Cristina Fernández de Kirchner se afirma en primer lugar contundente e inobjetable con el 50,27 % de los votos.
Esta primera línea dice mucho y significa mucho porque millones de argentinos reivindicamos el modelo nacido el ya lejano 25 de mayo de 2003 de la mano del “flaco”.
Con toda la corporación mediática y la “máquina de impedir”, llámese oposición, con sus escenarios agoreros casi apocalípticos operando, difamando y esparciendo odio, el “pueblo” demostró que ha ganado un modelo nacional, popular y democrático, la sensibilidad y los horizontes de justicia social plena soñada por la compañera Evita, por el General Perón, por el General Valle, por el “tío” Cámpora por los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, por los compañeros fusilados en Trelew en 1972, por Kosteky y Santillán, por Carlos Fuentealba y por millones de compatriotas más.
Pasadas las 21 horas del domingo con palabras certeras hijas del corazón y del pensamiento la Compañera cristina Fernández de Kirchner emocionó a millones de argentinos en la Patria.
Esas palabras que emocionaron y conmovieron pasarán a formar parte de la historia de la Patria, porque Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner desde su austral Santa Cruz trajeron consigo los vientos de esperanzas, pasiones mejor dicho crispaciones y amores por nuestra Patria, nuestra tierra, nuestro futuro y nuestros sueños.
Esos sueños que van plasmándose en realidades de una Patria más Justa, más Libre y más soberana, son los mismos sueños de aquellos que metieron las patas en la fuente aquel 17 de octubre de 1945 y los sueños truncos de aquellos que fueron masacrados el bombardeo a la Plaza de Mayo, los fusilados por el General Aramburu como aquellos que la noche neoliberal los despojó de trabajo y de dignidad.
Y ¡Fuerza! ¡Fuerza Cristina! Aquel día donde despedimos al “flaco” hoy es nuestro grito de victoria, nuestra simple expresión pero contundente expresión, que tal vez a 01:00 AM de este 15 de agosto histórico, es lo que desde el corazón gritamos hasta perder el último hilo de voz con las mismas lágrimas que despedimos al “flaco” pero en esta ocasión de felicidad con la premisa que desde algún lado el “flaco” también está gritando con todas sus fuerzas ¡Fuerza! ¡Fuerza Cristina!
¡Fuerza!
¡Fuerza Cristina!
¡Néstor vive!
¡Lo mejor está por venir!